Que si decimos el sartén o la sartén; que si «agregamos la azúcar al jugo» o «añadimos el azúcar al pastel»; que si llegó la agua o el agua, son aquellas dudas constantes al utilizar estos sustantivos comunes. En estos casos, a pesar de que la palabra tenga su género, ciertas reglas gramaticales definen qué género usar para tal persona, animal o cosa de quién hablamos y es importante que conozcamos cómo realizar correctamente las oraciones que expresamos.
1. De la palabra azúcar, hemos de decir ese es muy conocido y seguro que se dice «el azúcar..», pues, te cuento, que la Real Academia Española lo menciona como un nombre ambiguo, es decir, podemos decir:
Justo se me acabó la azúcar/el azúcar cuando terminaba de preparar mi jugo.
Sin embargo, el Diccionario Panhispánico de Dudas acierta que este sustantivo es ambiguo, pero también explica que a pesar de que azúcar es femenino, al anteponerle un artículo es más usual utilizar en masculino, por ejemplo:
Se me regó el azúcar en la mesa.
2. Cuando mencionamos al sustantivo sartén, la RAE especifica que esta palabra se rige al femenino, pero el DPD da la posibilidad en América Latina utilizar en masculino:
La sartén se quemó al freír mis papas fritas. (En España)
Ya guardé el sartén nuevo que me regaló mi mamá. (En América)
3. En el caso de agua, la RAE aclara -en su avance de la vigésima tercera edición- que pertenece al género femenino, rigiéndonos a esta regla sería así:
Es recomendable para el planeta cuidar la agua.
Pero, el DPD nos recuerda la regla de la /a/ tónica, la cual nos exige el uso del artículo el cuando la palabra siguiente empieza con a, pero al adjetivizar será en femenino. Por ejemplo:
El agua clara de los mares que rodean nuestras costas.
Que no se quede esto solo aquí: